¿Qué son los límites y para qué sirven?
Los límites en las relaciones son las fronteras que cada persona establece para cuidar su identidad, su bienestar y sus necesidades a la hora de interactuar con otras personas.
Sirven para definir lo que estamos dispuestos a aceptar o no en una relación.
Tener límites saludables es clave para que haya respeto mutuo, autonomía y buena comunicación, y también ayuda a evitar situaciones de abuso, manipulación o dependencia emocional.
John Townsend y Henry Cloud en su libro Límites: Cuando decir sí, cuando decir no (1992) definen los límites como:
Los límites son como las fronteras de una propiedad. Son las líneas que marcan lo que es tuyo y lo que es mío, lo que es saludable y lo que no lo es, lo que es aceptable y lo que no lo es. Son la manera en que le dices a los demás lo que pueden y no pueden hacer, y lo que tú puedes y no puedes hacer.
Pero entonces, ¿por qué tengo que poner límites a las personas de mi alrededor? Si me conocen lo suficiente, ¿no deberían saber ya cuáles son mis límites, sin tener que decírselo?
Por suerte o por desgracia, las personas no podemos leer la mente de los demás. Por eso, no puedes esperar que las personas de tu alrededor adivinen tus límites solo porque te conocen. Cada uno de nosotros ha vivido experiencias diferentes y tiene unas creencias y unas formas de interpretar el mundo distintas.
Lo que es evidente o lógico para ti, puede no serlo para los demás.
Te pongo un ejemplo:
Imagina que tu familia tiene la costumbre de visitarte sin avisar cuando llegas del trabajo. Aunque los quieres mucho, estas visitas inesperadas siempre llegan en un mal momento e interrumpen tu descanso. En esos momentos tú sueles estar muy callado y con cara de cansado. Nunca les has dicho nada porque crees que deberían poder captar estas señales.
Sin embargo, si hubieras comunicado este límite con ellos hubieras sabido que tu familia va a visitarte precisamente porque te ven cansado y apagado. Lo achacan a que tu trabajo te quema y pensaron que irte a visitar después de tu jornada laboral podría ser una buena forma de ayudarte a desconectar.

PONER LÍMITES PARA CUIDAR TUS RELACIONES Y A TI MISMO/A
Los límites en las relaciones son como las señales de tráfico en una carretera. Sin ellas, los conductores no sabrían a qué velocidad pueden ir, quién tiene preferencia en un cruce o por qué carril deben circular. Esto podría causar accidentes y graves daños a uno mismo y a los demás.
De la misma manera, en una relación sin límites claros las expectativas son confusas. No podemos saber si a la otra persona le gusta que le visiten después del trabajo, si necesita que le avises al llegar a casa o si le agobia hablar por llamada y prefiere los mensajes de texto.
Pero cuando hay señales claras y un código de circulación conocido por todos, el tráfico es mucho más fluido. Todos saben cómo comportarse, evitando así confusiones y peligros. En una relación, expresar claramente lo que queremos y necesitamos, y también lo que no nos gusta o lo que no vamos a tolerar, permite que la otra persona sepa cómo comportarse con nosotros. Así construimos una relación sana, basada en la confianza y el respeto mutuo.
ESTABLECER LÍMITES NO ES UN SIGNO DE DEBILIDAD NI DE AGRESIVIDAD
Poner límites en tus relaciones no te hace débil ni vulnerable. Tampoco te convierte en una persona agresiva que impone sus deseos, o una persona fría que no quiere relacionarse con los demás.
Más bien, es todo lo contrario. Como bien dice Alba Cardalda en su libro Cómo mandar a la mierda de forma educada (2021): Comunicar nuestros límites es una forma de decir:
Como te quiero y deseo que tengamos una relación larga y bonita, quiero decirte lo que me hace sentir bien para que no tengas que estar adivinándolo o sin querer hagas algo que me haga daño o provoque que nos distanciemos.
Referencias:
- Cloud, H., & Townsend, J. (2012). Límites: Cuándo decir sí, cómo decir no para tomar el control de su vida (J. L. Sattler, Trad.). Editorial Vida. (Obra original publicada en 1992).
- Cardalda, A. (2021). Cómo mandar a la mierda de forma educada. Editorial Planeta.